Rommates - Minkey

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-mmm déjame dormir – pidió mi compañero de habitación.

 

-Min…Ho – susurro el dulce rubio con el que convivía.

 

-solo necesito un poco de calor – me queje con un puchero.

 

-estas frio… Minho… - volvió a quejarse apegándose a mi cuerpo para acurrucarse sonreí internamente.

 

-ah… estas frio, piedad – gruño medio dormido mi dulce rubio.

 

-eres tan lindo, tan suave… tan mío… te quiero… bonito – le dije sacando mis manos de mi camiseta que usa para dormir lo apegue más a mí y empecé a acariciarle la cara, su sonrisa tierna y de satisfacción apareció.

 

No deje de acariciarlo era como un ritual siempre que llegaba a para dormir acurrucarnos, y yo me desvivo en caricias y en mi mente mente sonrió al recordar la primera vez…

 

FLASH BACK

 

Eran tres de la madrugada, y despertér por un ruido extraño, lo siguieron algunos murmullos desde la habitación de mi amigo y compañero de apartamento, Kim Kibum, salí al pasillo, dispuesto a preguntarle si estaba bien a través de la puerta, hasta que otros sonidos me avergonzaron: no estaba solo. Seguro estaba con una chica, es lo típico de Kibum.

 

Regresé a mi habitación, pero ahora, consiente, no podía dejar de escuchar los gemidos suaves, las jadeos agitados provenientes de la habitación de al lado. Estoy seguro de que intentaban no hacer ruido para no despertarme, pero el hecho es que a esa altura ya estaba totalmente despierto; traté de pensar en nada, de poner la mente en blanco, pero no.

 

Simplemente no podía volver a conciliar el sueño. 

Kibum y yo vivíamos juntos desde hace dos años, cuando nos mudamos el desde Daegu y yo  de mi casa en Seúl, mi abuela era de Daegú de ahí conocía a Kibum, un verano cuando éramos pequeños nos conocimos y desde ese entonces nos volvimos inseparables. Él estudia medicina y yo leyes en la mejor Universidad de Seúl.

 

No muchas veces me había dado insomnio, así que me dispuse a tomar un vaso de leche tibia, salí de mi cuarto hacia la cocina de nuestro apartamento, no es pequeño, de hecho es un apartamento muy lujoso para dos estudiantes.

 

Y es que cada uno de nuestros padres dispone del dinero para darnos el lujo de vivir solos en el centro de la capital, Kibum y yo venimos de familias pudientes, “adineradas”, y nosotros, amigos de toda la vida, decidimos juntarnos, y rentar un apartamento más grande, mejor ubicado, y, en definitiva, vivir mejor. Salí tal como estaba durmiendo, solo en boxers, pues asumí que Key  y su amiga estarían muy ocupados y que no saldrían de la habitación, me dirigí hacia el refrigerador, saque la leche, tome un vaso... 

Pero no alcancé a llenarlo, pues lo que vi me dejó atónito: de la habitación de Kibum no salía una rubia preciosa como pensé; salía un hombre, cabello negro, alto, fornido, tenía unos tatuajes en sus grandes brazos.

 

Detrás de él, Kibum, que le tocaba el trasero mientras salía al pasillo, todo lo veía desde mi ubicación favorecida desde la cocina. Kibum lo dejó en la puerta, y el hombre se fue, sólo en ese momento me vio, cuando encendió la luz dirigió su mirada a mí y su expresión cambió drásticamente, pasó de ser algo que se podría calificar como una sonrisa de gozo, a la cara que pone un delincuente sorprendido por la policía. 

-Minh…Minho– balbuceó apenas Key mirando con los ojos como platos.

No sabía qué decir, y se notaba, lo mismo pasó conmigo, yo aún no entendía y traté de hacerlo pasar normal ya que estaba demasiado confuso todo en mi cabeza.

-No tienes nada que explicar – dije con el tono más natural que pude

 

-Eres mi amigo y te respeto – aclare mientras tomaba nervioso el vaso vacío.

Luego de eso, llené mi vaso de leche, pasé por su lado, le golpee el hombro con mi puño, como solíamos saludarnos, y me fui a mi cuarto. Ahora simplemente no podría dormir a no ser que me tome somníferos, sentimientos extraños inundaron mi mente, mi corazón y estómago.

No es que yo sea ultraconservador de mente de cerrada, pero me sorprendió que Key  fuera... “gay?” bueno, eso creo, no lo sé.

Y más aún me asombró que yo no lo hubiera notado antes, es que le conocí muchas novias, muchos ligues, muchas compañeras de noche. Incluso antes de conocer a mi novia actual Krystal, yo mismo lo acompañaba a los bares, y ambos volvíamos al apartamento acompañados de mujeres hermosas... simplemente no me entraba en la cabeza la situación.

A la mañana siguiente, nos encontramos en el desayuno que usualmente el preparaba, yo aún llevaba los boxers de dormir, y solo me había puesto una camiseta para desayunar Key, por su lado, se había vestido, algo absolutamente nada común para un sábado y menos aún el hecho de que sobre la mesa solo hubiera una botella de yogurt recién abierta.

-¿No vamos a correr hoy? – dije como si nada hubiese pasado, intentando borrar también las imágenes que aparecían en mi cabeza al recordar a Key.

-mmm... Minho, creo que... – notaba que Key quería decir algo pero no lo hacía, tal vez por vergüenza o por el drama que se estuviese haciendo Kibum respecto a lo que yo pensaba. 

-Key, no hay nada que explica, es tu vida, yo la respeto – dije sin dejarlo hablar al intentar corregirme.

 

-sólo estoy sorprendido, y me extraña que no me hayas contado nada de tu bisexualidad – dije lo más sincero posible, en ese momento había decidido que la sinceridad tendría que ser mi mejor arma.

-Es eso, es que no… – dijo de repente Key mirándome serio.

 

-No es que sea bisexual, he descubierto que soy homosexual – me respondió mirándome serio y con una mirada extraña que no podía descifrar del todo.

Sonreí, y dije un chiste, algo estúpido para romper la tensión, lo necesitaba Key y sobre todo lo necesitaba yo.

-¡Vamos!, un competidor menos en el mundo – le dije bromista y pude ver el brillo de tranquilidad en los ojos de Key a pesar de mi mal chiste.

-Jajaja – rió forzadamente realmente no le hacía nada de gracia pero  entendió que no lo repudiaría por el tema o algo por el estilo, pero también se dio cuenta que había algo extraño en mí. 

Me dijo que tenía que salir, y se fue luego de comentar que pasaría al regreso por el supermercado. Yo me fui a duchar, no quería salir a correr solo, no quería hacerlo sin Key, en la ducha no podía dejar de pensar en la escena de anoche, tampoco era que hubiera visto a dos teletubies salir de su habitación era un hombre y tenía que asumirlo, no quise preguntar quién era el sujeto alto y fornido, pensándolo más detalladamente se me hizo familiar del gimnasio que frecuentábamos, no quise saber si era su novio, ni nada, el pensarlo me hacía sentir molesto, me hacía sentir frustrado y lo peor de todo comenzaba a compararme, es que yo también tengo lo mío, tal vez no tan fornido, pero… aish…

 

Y recordé los gemidos, los susurros, las risitas en voz baja, recordé el gesto que llevaba Key en su cara cuando le tocó el trasero al salir de su habitación, todo me causaba extrañas sensaciones.

 

No me di cuenta, pero estaba totalmente empalmado y sin advertirlo, me estaba masturbando, ¡No! No podía ser, la escena de anoche me excitaba...

 

-BASTA – me dije tratando de sacar mi mano de mi hinchado miembro.

Sin embargo, seguí moviendo mi mano sin dejar de pensar en Key y sus jadeos, en su cara de placer, cerré mis ojos imaginándolo encima de mí, ¡DEMONIOS!

 

-ah… mm… Key… NO – me volví a decir.

 

Tome un poco de jabón  en gel que siempre usaba Kibum, el olor nuevamente me aloco y me lubrique mi miembro con este imaginando que mi rubio amigo era quien me metía mano a mi pene erecto de la punta hasta la base, con ritmo acelerado, mi mente pensaba en él, “KEY” y su encuentro de anoche en aquel fornido, en sus brazos grandes tocando a Key, con su delgado cuerpo, con sus piernas flacas y deliciosas... y me fui. Era una gran corrida, se me estremecieron todos los músculos del cuerpo. 

 

….

 

Key llegó alrededor de media tarde, entró directamente a mi habitación, estaba la puerta abierta, debe haberme encontrado durmiendo una siesta, tal y como solía hacerlo en tiempos de calor, él tenía la costumbre de arroparme para que no resfriara. Algo fue diferente.

 

Me tocó la espalda y dijo que teníamos que hablar, pero no sé qué reacción tuve, que en vez de decir algo, me acerqué a su boca, y lo besé.

 

En ese instante reaccioné, me retiré abruptamente hacia atrás, balbuceando disculpas que no quería dar, porque ese beso había hecho arder todo dentro de mí, la cara de Kibum era de sorpresa agradable, sonrió de medio lado y sin titubear se acercó a mí y me devolvió el beso, más intenso, buscando más de mí y no pude negárselo, ¡QUE CARAJOS!, yo no podía negarle nada a Key.

 

Pasamos de la ternura a la pasión en unos segundos, los besos se incrementaron en intensidad y su lengua tocó la mía, se acercó a mi cuerpo rosándonos levemente y sin poderme contener le saque la camiseta y pude tocar su torso desnudo mientras seguíamos besándonos.

 

Acaricié fuertemente, como nunca lo había hecho con una mujer, su espalda, su pecho lampiño, sus brazos delgados, mientras él recorría mi cintura tonificada. Quedamos de pronto desnudos. No era la primera vez que nos veíamos desnudos, de hecho solíamos salir desnudos  del baño, o cosas por el estilo. Pero era la primera vez que nos mirábamos el uno al otro con pasión, examinando nuestros cuerpos y  no veíamos nuestros penes  parados desde la adolescencia, cuando nos masturbamos como competencia de quien duraba más o frente a una que otra revista porno. 

 

Él se agachó hasta mi punta, y me masturbo al principio, pero luego se lo metió todo a la boca, me estaba haciendo sexo oral, mi amigo, ¡Key me la estaba chupando! Y era fabuloso, mi amigo hacía cosas con su lengua que yo no había experimentado jamás con la lengua de una chica.

 

Lo detuve, yo también quería probar, ya que estábamos en esto, quería probar un pene, el morbo me gano al ver su cara de placer y complicidad, me agaché y lamí su pene, le besé la punta rosada, la metí  en mi boca. Y empecé, el sabor es extraño, era un sabor que sólo reconocía cuando alguna vez besé a una mujer después de que me la chupara, pero me agradaba. Luego metí todo su tierno y suave pene en mi boca, traté de hacer algo con la lengua, pero no sé si me resultó, Key había tomado mi cabello, me acariciaba siguiendo el ritmo de mi cabeza, se corrió. 

-trágalo – me dijo, aunque sonaba más como una orden, obedecí, a mi propio asombro gustoso.

-ahora te toca algo mejor – me volvió a decir y una sonrisa traviesa se formó en sus labios que no pude evitar besar de nuevo. 

 

Se dio vuelta y me enseñó su trasero, su rosada entrada parecía gritar por mi intromisión, se apoyó en la cama, y yo instintivamente acerqué mi pene hacia su rosada entrada. Key me alcanzó lubricante,  que apareció mágicamente en sus manos y aplicando un poco en su entrada  y en mi pene, lo penetré.

 

Fue una sensación única, estaba apretado, espere un momento ya que sentí un jadeo y una queja de dolor, luego comencé con un vaivén suave. Pasé luego a lo rudo Key se masturbaba mientras yo se lo metía, sentir su cuerpo transpirado, pegado al mío era lo máximo, lo más fascinante en mi vida, la experiencia más clarificarte de mi existencia.

 

Los jadeos y los gemidos rebotaban por todo el apartamento, instintivamente lo voltee quería verlo, quería besarlo mientras lo hacia mío, porque Kibum, ahora era mío no dejaría que nadie tocara nunca esa piel, besara esos labios, es impensable que otro tome este cuerpo, Kibum solo me pertenecía a mí, Choi Minho, tendría que hablar con Krystal luego.

 

-Min...Min… - gemía sin aire, vi lágrimas de placer en sus ojos me acerque a besarlas para bajar y lamer sus labios, reclamar más besos, sonreía pero sus manos no estaban quietas.

 

-SENOR – grito y empecé a embestir más fuerte, sus gritos, mis gritos, era perfecto, un chorro caliente y espeso de su semen se disparó a mi cara y parte de mi pecho, sonreí pero instantáneamente sentía mi pene quemante, me vine dentro de él.

 

Mi cuerpo cayó sobre el suyo intentábamos recuperar el aire y regresar del éxtasis del orgasmo, cuando logramos recuperarnos nos acomodamos uno al lado del otro y nuevamente nos besamos, aún más apasionadamente como si acabáramos de descubrir algo, Key era mi otra pieza mi otra mitad, el encajaba perfecto conmigo, yo con él.

Esa tarde continuamos haciéndolo, hasta quedar exhaustos. Nos dormimos abrazados, como si fuera lo más normal del mundo… como si toda la vida lo hubiéramos hecho.

END DEL FLASHBACK

……………………….

 

-más te vale que termines lo que estas iniciando – me dijo mi rubio con los ojos cerrados y una sonrisa pícara en los labios.

 

-¿alguna vez no eh terminado lo que inicio? – pregunte pícaro bajando mi cabeza por su vientre.

 

-que estuviste pensando todo este tiempo…  - me reprocho abriendo sus preciosos ojos rasgados como los de un gato y entrecerrándolos para mirarme acusador.

 

-en ti, y en lo mucho que quiero fundirme de nuevo contigo… - conteste dándole un apretón en su hermoso y bien formado trasero.

 

-caliente – afirmo sonriendo.

 

-quiero hacértelo como la primera vez – le dije y me miro sonriente.

 

-¿sin condón? – me pregunto provocadoramente.

 

-jajajajajaja, ven aquí – respondo jalándolo hacia mi cuerpo mientras nos fundimos en un nuevo beso, uno apasionado, una que transmite todos nuestros sentimientos por el otro.

 

…………………..

 

Si luego de esa noche, termine con mi novia, Kibum quedo paralitico por algunos días, y ningún hombre podía estar más de 1 metro cerca si estaba solo, Kibum era mío, Kibum es mío, me gustaría narrar lo que paso después de esa noche que genero muchas otras… que espero algún día contar… pero ahora estoy algo ocupado con cierto gatito que está decidido a practicar salto encima mío... 

 

…..